La Navidad es una época ideal para pensar, por ejemplo, sobre nuestro modelo de consumo. Se puede hacer un esfuerzo y no comprar por comprar. Es importante mirar las etiquetas de los productos para saber cómo se han fabricado y de dónde proceden. Además, se recomienda consumir alimentos de proximidad y minimizar los envoltorios de los regalos. Son pequeños detalles que poco a poco van borrando nuestra huella de carbono.