Australia ha congelado muestras genéticas de corales de la Gran Barrera de Coral, situada en el noreste australiano y declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1981, para asegurar su preservación.

Se trata de células embrionarias y espermatozoides de dos especies de corales que formarán parte de un banco de muestras de animales en peligro creado en el Zoológico de Taronga Western Plains en la ciudad de Dubbo, a unos 300 kilómetros al noroeste de Sídney.

La portavoz del Instituto Australiano de Ciencias Marinas, Madeleine van Oppen, ha explicado que confía en que dichas muestras nunca tengan que utilizarse. En el caso de que así fuera, "la tecnología actual permitiría fertilizar los huevos con el semen extraído y formar nuevas colonias de corales otra vez".

La jefa de los programas de conservación e investigación del zoológico, Rebecca Spindler, ha apuntalado tales declaraciones explicando que "las ampollas contienen miles de millones de semen de corales y células embrionarias, conservadas en nitrógeno líquido, capaces de producir millones de nuevos corales".

Estas muestras pueden conservarse "por cientos de años", añade Spindler al diario Sydney Mornig Herald, al subrayar que las muestras representan "un seguro" contra las amenazas que ponen en peligro a las especies como el efecto invernadero.

Spindler recogió hace dos semanas las muestras de dos especies de corales comunes, la Acropora millepora y la Acropora tenuis, junto a la científica estadounidense Mary Hagedorn, una experta mundial en reproducción de corales in vitro del Instituto Smithsonian.

"Después necesitaremos preguntar a los expertos australianos en corales sobre cuáles son las especies más importantes del país que debemos guardar", concluye la jefa de los programas de conservación e investigación del zoológico de Taronga.