Las Naciones Unidas han calculado la suma de los compromisos presentados el pasado 1 de octubre por los países integrante y ha concluído que, siguiendo lo marcado por cada estado, el planeta se enfrentará a un calentamiento superior a 2,7ºC.

La cifra resultante de los calculados de la ONU es superior a lo que se marca para la próxima cumbre del clima de París, que dará comienzo el próximo 30 de noviembre.

Los cálculos han dado la razón a las organizaciones que sostenían que la nueva forma de trabajo presentada por la ONU no era suficiente. La suma de todos los compromisos no solo sería insuficiente para frenar el cambio climático, sino que supondría un aumento de 3ºC.

Este aumento supondría multiplicar en 3,5 veces el cambio climático que la Tierra ha experimentado hasta ahora. Si este cambio se midiera en consecuencias, el efecto sería estremecedor si se tienes en cuenta los grandes huracanes o el deshielo de los glaciares que está provocando el aumento actual de las temperaturas.

El objetivo de 2ºC fue fijado de acuerdo con criterios científicos. Este límites se creó para permanecer dentro de un rango de seguridad que evitase el desencadenamiento de efectos que acelerasen el cambio climático.

Los compromisos presentados para 2030 representan un incremento de las emisiones del 37 al 52% respecto a 1990, por lo que se deberían incrementar los compromisos de reducción de cara a 2050.

Los datos revelan que en menos de 15 años se sobrepasaran la cantidad de emisiones máximas establecidas para estar dentro del llamado margen de seguridad.

La cumbre del clima de París se presenta, si no se produce alguna modificación, como un proyecto con falta de ambición que condenará a la desaparición de muchos estados insulares, a someter a peores hambrunas a la población de África o a la degradación medioambiental de los países del sur de Europa.