La conexión a internet está ahora en todas partes. Un lugar desconectado suena casi prehistórico. Grandes cadenas, pequeños establecimientos, bibliotecas, hospitales y bastantes transportes públicos ofrecen conexión gratuita. Encontrarlo donde quiera que vamos puede hacernos olvidar que internet tiene un espacio físico.

Conectarse a una web es posible porque existen unas instalaciones llamadas centros de procesamiento de datos. Estos centros están conformados por ordenadores y redes de comunicaciones que almacenan páginas de internet, vídeos, fotos y artículos como este. Google, por ejemplo, tiene centros de procesamiento de datos por todo el mundo: Estados Unidos, Chile, Finlandia y Malasia son solo algunos de ellos.

¿Usar internet contamina?

Lo sentimos. La respuesta es“sí”. Esto se conoce como contaminación digital y es el impacto que tiene el uso de internet en el medioambiente. Una de las principales fuentes de contaminación son los centros de procesamiento de datos, que necesitan grandes cantidades de energía para funcionar y para mantenerse. Solo en Madrid, el mayor centro de datos consume alrededor de 7 gigavatios de electricidad anualmente, lo mismo que consume una ciudad de 200.000 habitantes.

Google mismo lo cuenta, cada búsqueda que realizamos libera 0.2 gramos de CO2 al ambiente. Esta empresa tecnológica es una de las muchas que están buscando maneras más sostenibles de operar.

En su estudio Clicking Clean, Greenpeace señaló a las empresas con el mayor número de prácticas sostenibles para lograr un internet más verde. Entre ellas están:

  • Apple
  • Google
  • Facebook
  • YouTube
  • WhatsApp
  • Instagram

¿Cómo puedo usar internet de forma más sostenible?

Como muchas de nuestras actividades cotidianas, nuestro uso de internet deja una huella de carbono. Sin embargo, siempre podemos tomar medidas para reducir nuestro impacto negativo en el medioambiente. A continuación, te dejamos algunos consejos:

  • Limpia tu nube. Si cuentas con un almacenamiento de fotos o archivos en la nube, revísalo periódicamente y elimina lo que no usas.
  • Desactiva la descarga automática. La descarga de vídeos y la actualización automática de aplicaciones consume una gran cantidad de energía. Las funciones manuales te permiten tomar la decisión sobre cuándo es necesario descargar o actualizar y cuándo no.
  • Apaga el ordenador. Al final de un día de trabajo, cierra las pestañas y apaga el ordenador. De esta forma, no seguirá consumiendo energía.
  • Utiliza alternativas sostenibles. Infórmate sobre la huella de carbono que dejan tus buscadores o aplicaciones más usadas. Si sus prácticas son perjudiciales para el medioambiente, puedes buscar alternativas más verdes.
  • Archivos pequeños. Comprimir un archivo que vas a mandar reduce su espacio de almacenamiento y es una medida sencilla que puedes implementar en tu día a día.
  • ¿Es necesario buscarlo? A veces la opción más rápida no es la mejor. De acuerdo con un estudio de Greenspector, una búsqueda en google libera la misma cantidad de CO2 que 75 segundos pensando. Si tu pregunta la puedes resolver de otra manera, ¡no la busques en internet!