En España se calcula que hay 53,4 millones de líneas móviles. En el mundo 5.000 millones. Los datos del estudio de la Sociedad Digital de la Fundación Telefónica dicen que en el país hay 114 líneas por cada 100 habitantes. El informe detecta la adaptación progresiva de la tecnología a la vida, cada vez más común y accesible.
Tu móvil te está causando el síndrome del cuello roto
El dolor de cuello, la sensación de pesadez en los hombros o las molestias en la zona lumbar son síntomas comunes para la mayor parte de la población. En España, los problemas de espalda provocan cerca del 25 % de las bajas laborales al año, lo que supone pérdidas de unos 62 mil millones de euros. Cada vez son más las personas que están viendo afectadas sus cervicales y los músculos circundantes. ¿La razón? La mala posición que mantenemos mientras estamos utilizando un smartphone. La carga del cuello mientras escribimos puede llegar hasta los 27 kg y provocar daños cervicales severos. Es lo que se conoce como síndrome del cuello roto o “text neck”.
El uso del móvil se ha convertido en algo esencial, con la mensajería instantánea como canal de comunicación principal: un 95,1 % lo prefieren para comunicarse mientras que un 86,6 % también busca la comunicación en persona. La Asociación GSM estima que dos tercios de la población posee un móvil. En enero de 2018, al menos lo tenía un 68 % y para 2020 se espera que este número alcance el 75 %.
Al comunicarse, las personas suelen inclinar el cuello hacia adelante unos 45 grados para enviar mensajes de texto. Esta inclinación provoca una carga de 22 kg en la columna vertebral, ligamentos cervicales y otros músculos, cinco veces la presión normal que deberíamos soportar, según un estudio de Surgical Technology International. A lo largo de un año, esta carga representa una presión adicional de 1.000 a 1.400 horas en la columna del usuario medio de teléfonos inteligentes.
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¿Por qué pasa esto?
El “text neck” se ha convertido en un problema habitual. Al escribir un mensaje inclinamos el cuello hacia adelante y posicionamos la cabeza por delante de los hombros. Esto causa tensión muscular, potencia el riesgo de que los nervios se pellizquen y en casos extremos puede provocar una hernia discal. Mantener esta posición durante mucho tiempo acabará adaptando una postura degenerativa, además de poner en riesgo de aplanamiento la curva natural del cuello.
La carga que soportará el cuello varía en función de la inclinación de la cabeza. Si el cuello adopta un ángulo de 15 grados, el peso de la cabeza aumenta 12 kg, lo que provoca un aumento de la tensión. Si el ángulo aumenta 30 grados, el peso lo hace a 18 kg, mientras que inclinar 45 grados, la postura más frecuente, sube el peso a 22 kg. La posición más extrema es la inclinación de 60 grados, que hace que la cabeza pese 27 kg, como cargar a un niño de 8 años.
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Problemas comunes
El uso excesivo del móvil puede acarrear diferentes problemas de salud
En tu mundo
Los dispositivos móviles han cambiado la forma de afrontar la vida. Ya es algo habitual caminar con la cabeza agachada mirando el móvil, en una situación ajena al mundo. Esta práctica provoca perder campo de visión. Al escribir un mensaje, la vista periférica empieza en 60 grados, a medida que enfocamos en la pantalla esta visión se reduce entre 1 y 10 grados, perdiendo el rango periférico.
El campo de visión de una persona es el área que el ojo capta cuando mira un punto fijo.
La Dirección General de Tráfico (DGT) en su informe de accidentes en el año 2018 mostraba un aumento considerable de los peatones fallecidos en España por atropello. La cifra alcanza los 135 fallecidos, un 48 % más que en el año 2017, que hubo 91. Ya se habla de la “negligencia peatonal” e incluso se ha acotado el término smombies para hacer referencia a los peatones-zombis que andan mirando su teléfono mientras caminan. Según un estudio del ‘British Medical Journal’ un 20 % de los atropellos están causados por despistes de los peatones, y un 98 % de estos casos son por despistes tecnológicos de los viandantes.
“Por favor, agárrese al pasamanos y aparte la mirada del teléfono mientras baja las escaleras.”
No son pocas las ciudades que están optando por tomar medidas para proteger a los smombies. Desde poner semáforos a pie de calzada para prevenir a los peatones más despistados, como en Sant Cugat o Leganés, hasta advertir a los conductores con una señal triangular de peligro por peatones usando el móvil, como se ha hecho en Suecia. San Francisco, China y Bélgica son algunos de los lugares que han dedicado carriles exclusivos para que los peatones puedan usar sus teléfonos mientras caminan.
Lento y distraído
Un estudio de la Universidad de Queensland muestra la desviación provocada al escribir mensajes de texto mientras andamos por la calle. Ir enviando mensajes al caminar provoca que las personas no vayan en línea recta mientras usan el móvil.
Fluctuación de la velocidad
El mismo estudio detecta la velocidad del paso entre los peatones que andan normal, los que van leyendo el móvil y los que van escribiendo. Hay una diferencia evidente.
¿Por qué somos adictos a los móviles?
La adicción a los teléfonos móviles está integrada ya entre las conocidas “adicciones sin sustancia” y está empezando a ser tratada y prevenida por diferentes fundaciones. Los expertos destacan que tiene unos síntomas similares a la adicción a la droga. ¿A qué se debe esto? Nuestro cuerpo segrega dopamina, que es una sustancia química liberada por nuestro cerebro y que nos crea un sentimiento de bienestar cuando alguien nos envía un mensaje, un like en Instagram o algún comentario en Facebook. La dopamina es realmente adictiva, el cuerpo la genera cuando se bebe alcohol, se fuma un cigarro o se consumen drogas.
La adicción a los teléfonos inteligentes ya está considerada como un problema de comportamiento. La OMS le ha puesto nombre: “síndrome de dependencia”, término con el que también se refiere a drogas, alcohol y tabaco en los estudios sobre salud. Diferentes estudios exponen la falta de información y medidas de prevención sobre el tema.
Un estudio realizado a 1.600 personas por Leslie Perlow, profesora en Harvard Bussines School, muestra los siguientes datos:
- El 70 % de los encuestados comprueba su teléfono cuando se levantan.
- El 56 % mira su móvil en la hora anterior a acostarse.
- El 8 % de los entrevistados está pendiente durante el fin de semana, incluyendo el viernes y el domingo noche.
- El 51 % asegura comprobar continuamente el móvil en sus vacaciones.
- El 44 % reconoce que sufriría un gran problema de ansiedad si perdiese el móvil y no lo pudiese recuperar en una semana.
No solo es un problema de la mensajería instantánea, el fenómeno gaming y el tema de apuestas online son también factores que analizar en la adicción tecnológica. La adicción al juego es reconocida como un trastorno mental por la OMS.
Adicción al smartphone en España
"Nomofobia" es el nombre acotado para el terror provocado por no tener o no poder usar el teléfono móvil. La nomofobia es ya un problema social en todo el mundo. En España, un estudio realizado por la Fundación de Ayuda a la Drogadicción con 1.624 entrevistas a jóvenes de entre 14 y 16 años revela que el 86,3 % de los adolescentes reconoce hacer un uso habitual e intensivo del móvil. Y un 72,4 % reconoce mirar constantemente el teléfono. Al igual que el informe de Sociedad Digital en España de la Fundación Telefónica, que señala la nueva generación MUTE, jóvenes que ya no realizan llamadas y que opta por la mensajería instantánea para comunicarse (96,8 %).
Un estudio mundial de Connected Life y la consultora de investigación global TNS a 60.500 usuarios de internet reveló que la población entre 16 y 30 años gasta 2,8 horas al día con sus dispositivos móviles, lo que equivale a casi 20 horas a la semana, o 42,5 días al año.
Recomendaciones
Los especialistas recomiendan sujetar el teléfono al nivel de los ojos, descansar de la mensajería y limitar la exposición a las pantallas. Si no consigues reducir el tiempo de mal uso, puedes descargarte alguna de las aplicaciones que avisan cuando el usuario ha estado demasiado tiempo mirando el móvil en una postura.
Este reportaje es una adaptación del trabajo de Pablo Robles,
publicado originalmente en enero de 2019 por South China Morning Post