La obesidad infantil tendría un importante riesgo de mortalidad en adultos jóvenes. De hecho, los últimos estudios hablan de un riesgo tres veces mayor, en comparación con el resto de niños sin problemas de peso. Además, esta patología también puede llegar a ser responsable de provocar ansiedad y depresión en todas las edades

Sin embargo, también destaca la necesidad de identificar todos los factores de riesgo para encontrar herramientas con las que poder prevenirlos.

De esta forma, se ha llevado a cabo una nueva investigación con más de 7.000 personas que hubieran recibido algún tipo de tratamiento para la obesidad cuando contaban con edades comprendidas entre los 3 y los 17 años.

El resultado de estos análisis demuestra que la obesidad infantil aumenta el riesgo de muerte por enfermedades somáticas, además del de suicidio. Por otra parte, la diabetes, la enfermedad hepática y la presión arterial alta son algunas de las afecciones somáticas con una presencia mucho más destacada entre los niños diagnosticados con obesidad.

Además, los menores con esta patología del metabolismo también están más expuestos a la discriminación; una importante lacra que es imprescindible eliminar controlar y frenar, pero que puede causarles todo tipo de problemas psicológicos.