Los autores de esta investigación reconocen que la mayoría de los beneficios de esta dieta disminuyen a los doce meses, pero creen que los médicos podrían considerar dietas estrictas y bajas en carbohidratos a corto plazo para controlar la diabetes tipo 2, mientras ajustan los medicamentos necesarios.

Así, la dieta parece ser clave para combatir la diabetes tipo 2 a corto plazo. Tras este hallazgo está demostrado que las dietas bajas en carbohidratos pueden ser eficaces para reducir el azúcar en sangre, favorecer la pérdida de peso y aumentar la calidad de vida de estos pacientes en un periodo de seis a doce meses, siempre bajo supervisión médica.

La mayoría de los beneficios de este tipo de alimentación disminuyen a partir del año.