Hasta un 95% de los centros escolares y colegios de la capital española contarían con establecimientos de venta de productos poco saludables, como alimentos ultraprocesados, a distancias menores de 100 metros. Estos resultados, que se extraen de un estudio encargado de analizar la disponibilidad y accesibilidad de artículos no saludables en la cercanía de espacios educativos madrileños, adelantan que este podría ser uno de los factores que determinarían el incremento de la obesidad infantil en los últimos años.

Los autores de este nuevo estudio sobre los centros educativos de la capital española advierten de que la presencia de establecimientos que facilitan la adquisición de productos poco saludables a los menores aumentaría los casos de obesidad y sobrepeso infantil por dos razones. Por una parte, se genera un ambiente propicio para este tipo de problemas, mucho más común en núcleos urbanos. Pero además, este tipo de establecimientos desincentivarían la práctica de actividadesfísicas entre los más pequeños.

Además, según observan los investigadores, esta situación aumenta de gravedad en los barrios y áreas menos favorecidas, donde se multiplica la facilidad de acceder a estos productos por la mayor presencia de establecimientos de venta.

En distintas ocasiones se han aprobado medidas enfocadas en eliminar los productos menos sanos de dentro de los centros escolares. La calidad nutricional de los artículos que se venden en las máquinas expendedoras de estos centros, se regula desde 2005. Pero hasta 2011 no se prohíbe vender productos con altos contenidos en sustancias poco saludables.

No obstante, en nuestro país todavía no se aplican medidas contra la presencia de establecimientos que comercian con productos poco saludables cerca de los colegios. A este respecto, destacan países como Reino Unido, que cuenta con una ley en Londres que prohíbe que establecimientos de comida rápida puedan abrir a menos de 400 metros de distancia de cualquier colegio o centro escolar.