El documento se centra en la hipertensión en niños de 6 a 16 años y califica a la obesidad y la hipertensión infantiles de "hermanos insidiosos" que gradualmente se convierten en un grave peligro para la salud. La solución al problema pasa porque las familias adopten hábitos más sanos.

Las investigaciones demuestran que la hipertensión infantil es cada vez más frecuente y que parte del aumento puede explicarse por la obesidad, en concreto la obesidad abdominal. Se calcula que menos del 2% de los niños con peso normal son hipertensos, frente al 5% de los niños con sobrepeso y el 15% de los obesos.

"El aumento de la hipertensión infantil es muy preocupante, ya que se asocia con la persistencia de la hipertensión y otros problemas cardiovasculares durante la edad adulta", afirma el primer autor, el profesor Giovanni de Simone, de la Universidad de Nápoles Federico II (Italia).

Consejos para combatir la hipertensión infantil

Las recomendaciones dietéticas para el tratamiento de la hipertensión en los niños incluyen elevar el consumo de verduras frescas, frutas y otros alimentos ricos en fibra, limitar el consumo de sal y evitar las bebidas azucaradas y las grasas saturadas.

Además de adoptar una nutrición equilibrada, niños y jóvenes deben realizar como mínimo una hora diaria de actividad física moderada o vigorosa, como correr, montar en bicicleta o nadar, y no emplear más de dos horas al día a actividades sedentarias.

"Los padres deben controlar la cantidad de tiempo que sus hijos pasan viendo la televisión o utilizando los teléfonos inteligentes y sugerirles alternativas activas", recuerda el profesor Simone.

También es aconsejable que se establezcan objetivos realistas sobre el peso, la dieta y la actividad física que se centren en los aspectos que más se necesitan mejorar. Hacer un seguimiento del progreso registrando durante un tiempo las metas conseguidas suele ayudar a los jóvenes y sus familias.

Es muy efectivo emplear 'sistemas de recompensas que promuevan la salud' como por ejemplo dar un paseo en bicicleta con los amigos o la familia, con lo que se aumenta el apoyo social y se refuerza el nuevo hábito saludable adoptado.

Simone añade que "muy a menudo, la hipertensión arterial y/o la obesidad coexisten en la misma familia. Pero incluso cuando este no es el caso, es conveniente que las modificaciones del estilo de vida impliquen a todos los miembros de la familia".

Diagnóstico y tratamiento de la hipertensión infantil

Para poder controlar la presión arterial elevada con el estilo de vida y, si fuera necesario, con medicamentos, es crucial un diagnóstico precoz.

Una sola medición de la presión arterial por parte del médico o la enfermera puede identificar a los niños con hipertensión, pero conviene una segunda visita para confirmarla.

El experto recomienda que al menos una vez al año, independientemente de los síntomas, se tome la tensión a los jóvenes puesto que la hipertensión en los niños, al igual que en los adultos, suele ser asintomática. Basta con acudir a nuestro médico de la atención primaria para realizar el cribado.

Si se confirma el diagnóstico, el tratamiento de la hipertensión infantil debe centrarse en sus primeras fases en la educación y el cambio de comportamiento a una vida más saludable. Si no se alcanzan los objetivos de presión arterial, debe introducirse un único fármaco de baja dosis. Si un fármaco no es eficaz, pueden ser necesarias pequeñas dosis de dos fármacos.

Concienciar, la base de la prevención

Los autores piden a los organismos de salud pública que prioricen la prevención y el tratamiento de la hipertensión en niños y adolescentes.

Reclaman campañas de concienciación sobre los riesgos de la hipertensión en los jóvenes y el impacto positivo de aumentar la actividad física y adoptar una dieta baja en sal y azúcar, y no fumar.

También se reclama que se limite la promoción de comida basura y hábitos potencialmente nocivos en televisión y redes sociales para proteger a los niños de su impacto.

El documento de consenso ha sido elaborado por el Consejo de Hipertensión de la ESC, la Asociación Europea de Cardiología Preventiva, la Asociación Europea de Imagen Cardiovascular, la Asociación de Enfermería Cardiovascular y Profesiones Afines, el Consejo de la ESC para la Práctica de la Cardiología y la Asociación Europea de Cardiología Pediátrica y Congénita.