Vivir cerca de espacios verdes y azules, como parques, bosques o ríos, aumenta los beneficios para la salud. Aunque a la par pueden aumentar las alergias, aunque no los casos de asma. El estudio del CREAL asocia vivir cerca de zonas verdes con el 11-19% menos de prevalencia de sobrepeso y obesidad así como menos tiempo frente a un televisor o pantalla.

Además, se ha relacionado con un 39% menos de tiempo de pantalla excesivo y un 25% menos de sobrepeso y obesidad. Sin embargo, los que viven cerca de parques tienen un 60% de riesgo más de padecer asma.

Los investigadores utilizaron datos de 3.178 niños entre 9 y 12 años en Sabadell, España, que participan en el proyecto INMA. Por otro lado, midieron el tipo de verde residencial como el promedio de diferencia normalizada obtenida por satélite con el Índice de Vegetación en distancias de 100, 250, 500 y 1.000 metros alrededor de cada domicilio. La proximidad residencial se definió a vivir a unos 300 metros de un bosque o parque.