Además de mantener las vitaminas A, D, B2, B3 y minerales como el calcio y el fósforo, pueden presentar ventajas ‘extra’ por los alimentos que se les añaden a la hora de envasarlos, como tomate, sofritos o el aceite de oliva.

Como pueden almacenarse en casa durante muchos meses sin que su calidad y su sabor se vean alterados, constituyen un buen tentempié entre horas y también pueden ser una excelente merienda o cena rápida, ya que son un ingrediente muy rico para hacer un bocadillo sólo o acompañado de una ensalada.

El pescado en conserva tiene la ventaja adicional de que no necesita refrigeración, así que no debería faltar si sales con tus hijos de excursión o acampada. Todos repondréis fuerzas de una manera sana y divertida con sólo abrir una lata.

Y no olvides tomarlo dos o tres veces por semana, ya que gracias a los ácidos grasos del omega 3, ayudará a preservar la salud cardiovascular y el tejido nervioso de tus hijos.