Aunque la mayoría de dietas nos beneficiarían a corto y medio plazo, estos cambios bruscos en nuestra alimentación pueden llegar a perjudicarnos. Sobre todo, a nuestro estado de ánimo, como concluyen diversos estudios sobre la materia.

Si bien, durante las primeras semanas o el primer mes comer menos o llevar una alimentación distinta puede resultarnos fácil, al pasar el tiempo cada vez nos costará más mantener esta nueva dieta.

Por ello, los especialistas advierten de que la mejor manera de cuidar nuestra salud y bienestar no se encontraría en estos drásticos cambios. Sino en adoptar alimentos más saludables en nuestra alimentación y, en mayor medida, en optar por una dieta rica y variada.

Por otra parte, los especialistas advierten de que las dietas que se centran en evitar determinados alimentos pueden resultar contraproducentes a la hora de mejorar nuestra alimentación. Puesto que provocarían un mayor interés en aquellos productos que pueden resultar menos saludables, una vez concluida la dieta.

Así pues, además de evitar estos periodos en los que modificamos nuestra alimentación, los expertos recomiendan huir también de las restricciones a la hora de comer menos o de llevar un horario con menos comidas diarias de las recomendadas.