Una serie de circunstancias hacen que los alérgicos estén pasándolo peor este año. Factores como Filomena, las tormentas o la contaminación afectan de forma directa al polen.

La nevada de Filomena el pasado mes de enero ha provocado que la floración sea más intensa y las gramíneas estén más potentes hasta que se secan con el calor.

La contaminación también es un factor que afecta a los alérgicos. Las partículas contaminantes se pegan en el polen y lo convierten en más agresivo y empeora la sintomatología.

Las tormentas provocan que el grano del polen se hinche y estalle. Todas las partículas que están en el interior se fragmentan y entran más fácilmente en la vía aérea.

La recomendación es evitar estar en los exteriores en la primera hora y la última hora del día.