Para laFundación Española de Nutrición(FEN), las espinacas, al igual que otras hortalizas verdes, son una un alimento sano y de digestión ligera, y representan una excelente fuente de magnesio y potasio.

Son una buena fuente de vitamina C y E y ácido fólico, una vitamina del grupo B. Ricas en fósforo, magnesio, potasio, hierro y otros oligoelementos metálicos, constituyen un excelente regenerador de los glóbulos rojos.

Así, por cada 100 gramos de porción comestible se consumen: 18 Kilocalorías, 2,6 proteínas, 1,2 hidratos de carbono, 6,3 gramos de fibra, y 0 de colesterol. Los chinos son los que cuentan con el primer registro de una de estas plantas en el siglo VII. En el siglo XI se introdujo en España, desde donde se extendió al resto de Europa.

En la actualidad se cultivan dos variedades de espinaca: la de hoja rizada, que soporta el transporte sin apelmazarse y se suele vender fresca y la de la hoja lisa, fácil de lavar y que suele encontrarse congelada o en lata.

Existen espinacas de verano y de invierno. Las primeras son las más utilizadas y también las menos resistentes, las segundas resisten mejor a las heladas y son más gruesas.

En cuanto a su valor nutritivo, este alimento está formado casi en un 90 % de agua y el 10 % restante lo forman nutrientes. Sin embargo destaca por su contenido en vitaminas y minerales. Es fuente de potasio y de hierro no hemo, que se absorbe con más facilidad que el hierro hemo presente en la carne y sus derivados.

Las espinacas también aportan una gran cantidad de fibra, que favorece el tránsito intestinal.

Es importante saber que el consumo de espinacas podría estar contraindicado en las personas que tienen patología renal o riesgo de padecer cálculos renales, por lo que los expertos recomiendan moderar su consumo en etos casos.