La población infantil de 6 a 9 años presenta un 23,3% de sobrepeso en España, mientras que un 17,3% se corresponde con casos de obesidad, según el estudio Aladino 2019. A pesar de que se ha apreciado una ligera tendencia a la baja desde 2011, el sobrepeso y la obesidad infantil continúan teniendo una prevalencia elevada.

La Asociación Española de Pediatría (AEP) advierte que la obesidad empeora la calidad de vida de los niños y disminuye su autoestima. Además, constituye un factor de riesgo de enfermedades como hipertensión, dislipemias, diabetes o trastornos respiratorios del sueño.

En este sentido, la prevención de la obesidad se articula en torno a hábitos de vida saludables combinados con la práctica regular de actividad física, de la que se recomiendan, al menos, 60 minutos diarios con una intensidad moderada-intensa para que resulte eficaz.

Por su parte, a nivel escolar, el mayor incremento de la actividad física viene propiciado por los programas dirigidos a fomentar que los alumnos caminen al colegio, lo que cubriría entre un 23% y un 36% del total de la actividad física fiaría que recomienda la OMS.

Ir caminando al colegio también supone beneficios a nivel cardiovascular, ya que reduce la presión arterial, mejora la sensibilidad a la insulina e incrementa los valores de colesterol bueno, y beneficios a nivel musculoesquelético, donde la condición física muscular mejora.

Además, se ha confirmado que los niños que llevan a cabo actividad física obtienen mejores resultados escolares y su autoestima se ve incrementada, de manera que también disminuye el riesgo de padecer ansiedad o depresión.

Finalmente, a pesar de que la bicicleta es otra alternativa saludable, puede no ser suficiente, ya que las ciudades no permiten mantener velocidades elevadas durante todo el trayecto, además del peligro que suponen los vehículos y las posibles caídas. Por todo ello, se debe priorizar caminar al colegio frente a ir en bicicleta.