Los niños suelen gastar mucha energía a lo largo del día debido a que invierten la mayor parte del tiempo a jugar y moverse. Sin embargo, en ocasiones, los alimentos que se ingieren antes de desarrollar una actividad física intensa no son los adecuados.

Josefina Kenny, licenciada en Nutrición, recomendó, en su conversación con 'Infobae', "comer entre tres y cuatro horas antes de realizar ejercicio para tener un mejor rendimiento".

Además, la nutricionista recomienda que, antes de realizar una actividad física intensa, como los días en los que los niños tienen clases de Educación Física, consumir hidratos de carbono, ya que tienen una gran fuente de nutrientes y son los que dan energía para llevar a cabo el ejercicio".

Una buena hidratación forma parte también de los elementos indispensables para practicar deporte, pues evita que se generen demasiados residuos y se facilite la digestión.

Los alimentos bajos en índice glucémico como el arroz, las pastas, frutas enteras, pan o cereales son básicos para aumentar los niveles de energía.

Los momentos después de realizar ejercicio también son clave. Por eso, es necesario incluir en la dieta, por ejemplo en la cena, momento en el que se puede controlar más alimentación de los niños, alimentos como nueces, almendras, frutas, queso, jamón, leche o yogur.