En estudio, publicado en la revista 'Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics' tiene como objetivo probar la eficacia de este truco utilizado por muchos padres para intentar que sus hijos coman más frutas y verduras."Este método puede cambiar los hábitos alimenticios de los niños, y puede tener un impacto positivo en la obesidad infantil", ha reconocido Elizabeth Capaldi-Phillips, principal autora del estudio.

Un total de 29 niños de 3 a 5 años fueron la base de la investigación, durante la cual a los padres se les preguntó por los alimentos que no les gustaban a sus hijos. Las coles de Bruselas y la coliflor estaban entre las verduras que la mayoría de niños no habían probado nunca. Durante una semana los niños estuvieron comiendo coles una vez al día, y a la mitad se las presentaban únicamente cocidas y a la otra mitad mezcladas con queso, que gustaba a todos los niños participantes en el estudio.

Después de este período, a los niños les dieron las verduras sin ningún tipo de acompañamiento, y de este modo vieron que a los menores que las habían comido previamente con queso les gustaban "significativamente más" a la hora de comerlas solas. Además, cuando a la semana siguiente se les ofreció coliflor, el grupo que había comido las coles con queso solía ser más receptivo a esta nueva verdura.

Los autores reconocen que esta técnica de unión de sabores puede ser efectiva no sólo para las coles de Bruselas y otras verduras, sino para cualquier alimento que se pretenda introducir en la dieta del menor.

Otra autora de la investigación, Devina Wadhera ha añadido que "los niños desarrollan sus preferencias alimentarias desde muy pequeños, pero suelen ser muy exigentes a esas edades, por lo que es importante insistir en estas edades para lograr que los hábitos saludables se mantengan hasta edad adulta".