La cocina será un juego más para ellos. Pasar de cocinar para ellos a cocinar con ellos es una gran táctica para conseguir que los pequeños se interesen por diferentes alimentos. Enseñarles sencillas recetas con ingredientes variados aumentará su interés por ellos y hará que terminen comiendo aquello que ellos mismos han cocinado.

Curiosidad por los alimentos que consumen. Hacer de la hora de la comida un momento de aprendizaje permitirá al pequeño saber las propiedades que tienen los grupos alimenticios que come día a día y aumentará su interés por consumir nuevos alimentos.

El camuflaje perfecto. Los pequeños de la casa normalmente se niegan a probar alimentos que siempre han rechazado. Un truco para evitarlo o para conseguir que coman ciertas comidas es camuflar los ingredientes en platos que sí les gusten. Un claro ejemplo puede ser incluir algún tipo de queso en las cremas, pimiento en una tortilla de patatas o verduras en un zumo que ellos pueden creer que está hecho solo de su fruta favorita.

Mismos platos, cocinados de forma diferente. Hacer un plato de una forma u otra puede hacer que sea mucho más saludable. Es decir, los pequeños podrán comer sus patatas de siempre pero en lugar de fritas, al horno o los huevos en lugar de fritos, batidos con queso rallado para conseguir una sabrosa tortilla.

Pequeños cambios para conseguir una dieta más sana. Los niños están acostumbrados a elegir siempre para comer alimentos con demasiada sal, azúcar o aditivos artificiales como colorantes y conservantes. Para disminuir estos hábitos alimenticios lo mejor es hacerlo paulatinamente ya que si intentamos quitarselos de la noche a la mañana, lo único que conseguiremos es que lo deseen más. Para ello es recomendable incorporar poco a poco alimentos más saludables como frutas, verduras y alimentos con menos grasas, sal y azúcares.