El otoño ya se ha instaurado por completo y con él llegan algunos alimentos de temporada, como las castañas.

Este fruto seco tan típico de esta estación destaca entre otros frutos por algunas de sus características como su bajo poder calórico.

Además, es un alimento nacional, pues la mayoría de las castañas que se consumen provienen del norte de España como Galicia, León, País Vasco, Asturias o Cantaria.

"Se comen en nuestras tierras desde hace siglos y se las llegó a conocer como el 'pan de los pobres' dado que tras secarse se hacía harina con ellas en zonas donde no existían otras alternativas, pues hay que recordar que la patata y el maíz llegaron a España hacia el siglo XVIII", afirma Ángeles Carbajal, profesora de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid.

Las castañas, además de poseer un bajo nivel calórico, son muy semejantes en hidratos de carbono a los cereales. Este fruto seco posee un poco de proteína y de grasa, pero no en unos niveles tan elevados como las nueces, almendras o avellanas.

Las castañas son un alimento tan típico de la estación que es normal ver puestos por la calle que venden cucuruchos y, para hacernos una idea, un cucurucho de 10 castañas contiene solo 200 calorías.

Otra de sus cualidades es su bajo contenido en sal, lo que las convierte en "un sustituto muy bueno y más saludable de las patatas fritas, no sólo por su bajo valor calórico", señala Carbajal.

Este fruto seco también es rico en potasio, además de contener muy poco sodio. Por lo que, con todos estos atributos, las castañas son una opción muy recomendable para tomar entre horas.