Tras una media de ocho horas de sueño, el cerebro humano se despierta en un estado de hipoglucemia que tenemos que resolver con azúcares en el desayuno, que nos ayudan a contar con la ración necesaria de energía para el inicio de la mañana.

Esta energía es, si cabe, más importante en los más peques, para estar activos durante la jornada escolar hasta la hora del recreo y evitar problemas nutricionales como el sobrepeso y la obesidad.

Pero muchos son los niños que van al cole sin ni siquiera desayunar, según ha desvelado un estudio de la Fundación Española de Dietistas-Nutricionistas (FEDN). Este informe revela que el 8% de los niños mayores de 6 años no desayuna de forma diaria y al menos el 40% lo hace solo y elige alimentos poco saludables como la bollería industrial.

Para poner solución a esta tendencia, los expertos recomiendan dedicar 30 minutos al desayuno, prepararlo en familia para estrechar lazos y ser un ejemplo para los hijos y, aunque siempre puedes preguntar a los niños, tomar la decisión final incluyendo alimentos de la dieta mediterránea.

Un desayuno saludable debe contener, al menos, una ración de fruta fresca, una ración de lácteos desnatados, una ración de cereales y una ración de grasas en forma de aceite de oliva virgen extra. Además, de forma esporádica, se puede incluir una ración de frutos secos equivalente a 25 g o zumos exprimidos en casa.

Os proponemos un ejemplo de desayuno saludable: un yogur desnatado, dos nueces, dos cucharadas de cereales muesli y una manzana troceada.

Los médicos recuerdan que el desayuno, por sí solo, no soluciona los problemas alimenticios de los más peques y recomiendan acompañarlo de actividad física diaria.