El estudio, que ha sido dirigido por el doctor Vicente Martínez Vizcaíno, muestra que la frecuencia de la obesidad ha caído del 35% al 21%, sin embargo, el bajo peso ha crecido del 9,7% en niños nacidos en el 2000 al 20% en niños nacidos en 2007.

El experto considera que la epidemia de obesidad infantil debe valorarse más allá de la ingesta calórica. Así, este estudio ha demostrado que los que más comen, son precisamente los niños más delgados, hasta 200 calorías más diarias de media que los niños con sobrepeso; y que los niños con bajo peso ingieren, por kilogramos de peso, más hidratos de carbono, que los de sobrepeso.

Si nos centramos en el motivo de este problema, la respuesta enfrenta a la genética con los factores ambientales y otros motivos como pueden ser el gasto energético. "La expresión de los genes relacionados con la obesidad se puede modificar a través de la actividad física. Además la actividad física en edades precoces puede diferenciar células madre pluripotenciales a masa magra y así aumentar el metabolismo basal, es decir el consumo de energía del organismo, de por vida", ha explicado.

El estudio también muestra que la situación económica de las familias parece haber afectado a la estatura de los niños, de tal manera que mientras que en los niños nacidos en 1999-2000 no hay diferencias significativas en su estatura según el nivel socioeconómico de sus padres, entre los niños de 4 a 6 años en el año 2013, y que por tanto habían nacido en 2007-2008, hay hasta casi 5 centímetro de diferencia en su estatura dependiendo de que el estatus socioeconómico de sus familias sea alto o bajo.

También considera que uno de los factores principales responsables del aumento de la obesidad en la infancia no un mayor aporte de comida, es decir que "la ingesta calórica no es el motivo de la epidemia de obesidad infantil en España", sino un desequilibrio energético por un exceso de conductas sedentarias.

Así, la conclusión principal es que se debe reducir el sedentarismo entre los niños para mejorar su condición física y su rendimiento académico.

Para combatir ese 'sedentarismo activo', con motivo del Estudio de Cuenca , cuya actualización se ha presentado este miercoles, se puso en marcha un programa de intervención en escolares para aumentar el tiempo de actividad física semanal mediante actividades lúdicas no competitivas extraescolares denominado programa de juegos MOVI.