El agua es un nutriente esencial que cumple importantes funciones en nuestro organismo, como la regulación de nuestra temperatura corporal. Por eso, cuando el calor aprieta, siempre conviene tener la botella de agua cerca.

1. Se recomienda beber entre dos y tres litros de agua al día, según la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria.

2. Bebés, deportistas y personas mayores están exentos de esta norma. En el caso de los bebés, será un adulto quien se responsabilice de vigilar la ingesta de agua y a partir de los 60, los ancianos deben mantenerse hidratados aunque disminuya la sensación de sed.

3. Es bueno tomar agua al levantarnos, ya que contribuye a aliviar el estreñimiento.

4. Se recomienda no beber mucho antes de dormir para que no tengamos que levantarnos al servicio, sobre todo las personas mayores.

5. El agua no engorda. En nigún caso. El agua es necesaria para la digestión, absorción y eliminación de desechos.

6. Tomar agua antes y durante las comidas sacia el apetito.

7. La sandía y la pera son frutas con mucha agua, así que para la época estival son ideales, fresquitas y riquísimas.

8. No existe una ingestión máxima tolerable. Depende de cada persona, ya que influyen su peso, estatura y actividad diaria.

9. El agua presente en el cuerpo supone entre el 55% y el 60% del peso corporal. Cuando nacemos la proporción es del 75% y en durante la edad adulta se acerca más al 60%.

10. Son cuatro los factores que modifican la necesidad de líquidos: la edad, la temperatura, la función renal y el consumo de fármacos.