La neofobia, miedo de los niños a probar alimentos nuevos, puede causar efectos negativos en la dieta, así como generar ansiedad o menor autoestima, según un estudio realizado por Edurne Maíz, de la Universidad del País Vasco, UPV/EHU.

Una alimentación variada es la base de una dieta sana, por lo que los niños que padecen neofobia presentan un índice menor de calidad de la dieta mediterránea. Además, los niños que presentan este rechazo ingieren menos frutas y verduras, a la vez que aumenta el consumo de alimentos considerados de consumo ocasional.

Este miedo es algo común en la infancia y puede presentarse en la edad adulta. Sin embargo, esta problemática podría solucionarse, o al menos mejorar, con un estrecho vínculo familiar entre padres e hijos.

Los padres suelen controlar la alimentación de sus hijos, pero ejercer una presión excesiva para que pruebe un nuevo alimento puede tener efectos negativos en el estado emocional del niño.

A la hora de afrontar esta problemática los padres deben seguir unas pautas sencillas que creen un ambiente familiar en todo lo relacionado con la comida, como ir a la compra y cocinar juntos, utilizar refuerzos positivos y, sobre todo, ser un buen modelo.