Los expertos recomiendan que los niños deberían comer carne entre 5 y 8 veces a la semana siempre dentro de una alimentación sana y equilibrada. 

"Sus aportes son difícilmente sustituibles. Lo importante es mantener una dieta equilibrada que aporte lo que necesita el niño para su desarrollo. Las carnes procesadas deben tomarse un par de veces a la semana y las rojas deben tomarse también", explica.

Me gustaría insistir en que a los niños hay que educarlos desde los primeros meses en los buenos hábitos de alimentación, de los que tiene que formar parte una dieta equilibrada y variada", advierte el experto.

Los pediatras explican que la ingesta de carne es necesaria en el desarrollo de los niños ya que aporta proteínas y también concentraciones importantes de hierro, zinc, fósforo, yodo y vitaminas del complejo B. 

De hecho, por sus características nutricionales la carne forma parte de un grupo de alimentos en el que se intercambia y complementa con los huevos y el pescado.

Martínez recomienda introducir la carne en la alimentación de los pequeños a partir del sexto mes, en pequeñas cantidades y que éstas se vayan aumentando poco a poco.

A la hora de confeccionar las dietas infantiles se considera que una ración de carne puede variar entre los 50 y 100 gramos, según que se prepare para un preescolar o para un adolescente.

Ternera, pollo, conejo, pavo o cerdo son igual de buenas siempre que se consuman de forma adecuada. 

Por otro lado, los niños que tengan sobrepeso o problemas con el colesterol deben limitar el consumo de carne frita y consumir carne magra. 

Para ellos la plancha o el horno son los mejores aliados. La carne debe acompañarse de alimentos repletos de energía, legumbres, verduras o cereales; como guarnición o como plato complementario.