La obesidad ya ha sido considerada por multitud de expertos como una verdadera epidemia de nuestro siglo, al mismo tiempo que otros millones de personas mueren por falta de alimento en el mundo. La obesidad infantil, en concreto, es una situación en la que se centran muchos de los esfuerzos de los investigadores, que intentan conocer sus posibles causas e intentan atajar los problemas de salud relacionados, pero ¿están apuntando en la dirección correcta?

Los factores que pueden ser claves en la obesidad son la alimentación, la falta de ejercicio físico, el sedentarismo, la baja calidad del sueño, la herencia genética y el estrés. 
La mayoría de los estudos científicos actuales se centran en estudiar estos posibles agentes de forma individual o agrupan varios para intentar explicar de forma simple cuáles son las causas del sobrepeso en los niños y niñas. 

¿Cuál es el resultado? ¿Existe una causa evidente de la obesidad infantil? "Aunque podría parecer obvio, la realidad no está tan clara ni siempre debería reducirse a algo tan simple", afirma Victor Paredes, Investigador y autor del estudio publicado en el último número de la Revista de Pediatría en Atención Primaria. 

En dicho estudio se observó de forma retrospectiva a 101 escolares de Madrid, con una edad media de 10 años, analizando tanto su estado físico como los diversos factores (modificables y no modificables) que podrían ser causa de su situación ponderal en aquel momento.

Entre los factores modificables, se estudiaron los componentes dietéticos, de actividad física, sedentarismo, sueño y autopercepción de su peso e imagen corporal. Los resultados no podrían ser más desconcertantes: los únicos que cumplían con las 4 recomendaciones sobre dieta, sedentarismo, actividad física y sueño (y que, en teoría, les situaba en posición de bajo riesgo de tener exceso ponderal) eran niños y niñas con sobrepeso.

En cambio, los niños que peor cumplían las recomendaciones eran niños con un peso normal para su edad. Por otra parte, el componente genético tampoco parecía ser decisivo.

Sumando un bajo sedentarismo y unas horas adecuadas de sueño, el resultado tampoco fue excelente en cuanto al peso.

Quizás uno de los problemas a la hora de abordar este tema, es la dificultad de publicar artículos científicos con resultados negativos o no significativos, lo cual lleva a repetir una y otra vez, las mismas preguntas y llegar a resultados parecidos.

Para determinar causas concretas de un problema tan importante como la obesidad infantil se requieren muchos más estudios.

Los Centros de Investigación en Nutrición y Salud son el fruto del trabajo de un grupo de profesionales de la ciencia de la nutrición y biomedicina. "Trabajamos en la ciencia de la nutrición y la salud como un conjunto para mejorar el bienestar de toda la población desde hace más de 7 años", ha asegurado el experto.