El experto Ángel Gil, presidente de la Fundación Iberoamericana de la Nutrición (FINUT), explicó durante el curso de verano 'Hábitos de vida saludable' que es mucho más fácil prevenir la situación de sobrepeso y obesidad que luchar contra ella.

FINUT organizó el curso junto con la Universidad de Granada y el Parque de las Ciencias de Andalucía-Granada, en colaboración con Coca-Cola España y el Instituto Mixto Universitario Deporte y Salud (IMUDS).

"La heredabilidad del índice de masa corporal oscila entre un 50% y un 70%. Es decir, cuando tenemos un padre o una madre con sobrepeso, el riesgo de que el hijo lo tenga es también de entre un 50% y un 70%. Pero más allá de la susceptibilidad genética, está la realidad de la interacción con el medio ambiente", explicaba Gil.

El experto explicaba que incluso en los casos de individuos que tienen predisposición genética a padecer sobrepeso u obesidad, si mantienen un equilibrio energético no tienen porqué desarrollarlas, más allá de su susceptibilidad.

"La educación en hábitos saludables durante la infancia tiene un papel crucial para su adquisición en la edad adulta. Es en esta etapa donde se adquieren hábitos que en la etapa adulta serán difíciles de modificar. Estos deben conseguirse a través de la familia como primer eslabón en la educación, y por extensión, en la escuela", explicaba María Dolores Ruiz, miembro del comité cinetífico de FINUT.

La experta explicaba que la fórmula para prevenir esta situación de obesidad se basa en aumentar la actividad física, además de mantener una dieta equilibrada que incluya distintos grupos de alimentos.

"Cada día son más las ofertas de las ciudades para facilitar la realización diaria de ejercicio físico mediante la promoción de paseos por zonas acotadas, el carril bicicleta, zonas específicas para la realización de ejercicio con aparatos al aire libre. Si asumimos esos comportamientos de forma habitual, nuestro gasto energético aumentará y evitaremos el sobrepeso", apostillaba Ruiz. 

Josune Olza, doctora del departamento de Bioquímica y Biología Molecular II de la Universidad de Granada, daba las claves para elaborar una dieta de calidad: "las proteínas deben aportar entre el 15% y 20% del total de la energía que se consume, las grasas el 30% y los hidratos de carbono entre el 50% y 60%, además de la ingesta de micronutrientes, vitaminas y minerales, en función del sexo y la edad, aunque manteniendo una alimentación variada estas necesidades quedan habitualmente cubiertas".