Cuando se eleva la temperatura corporal, los microorganismos causantes de las infecciones no se reproducen tan fácilmente. Tratar la fiebre podría ser, incluso, perjudicial, porque permite a los gérmenes crecer más y, por tanto, facilita la progresión de la infección, según expertos del 'Comité de Medicamentos de la Asociación Española de Pediatría'.

En las personas mayores la fiebre supone un sobreesfuerzo para el organismo y suele aumentar la frecuencia cardíaca y respiratoria. Es difícil cuando se tienen patologías como insuficiencias respiratorias o cardíacas, pero la culpa no es de la fiebre, sino de nuestra situación previa de salud.

Algunas veces es mejor dejar que el cuerpo pase fiebre, como es en el caso de los más pequeños, porque, aunque sean más altas, no es necesario darles analgésicos para que les baje la temperatura. No es lo mismo que un adulto alcance casi los 40ºC a que lo haga un niño porque estos últimos responden mejor a los medicamentos.

Los expertos afirman que el grado máximo de la fiebre importa poco, a pesar de que los pediatras lo pregunten una y otra vez. Sin embargo, los cambios de temperatura deben ser graduales y se debe controlar el descenso.

Algunos consejos para que tú y los peques sobrellevéis la fiebre de la mejor manera posible son:

  • Acudir al pediatra cuando el niño está adormilado, quejoso, no quiere hablar o moverse y no mejora a pesar de haberle administrado medicamentos.
  • No debes preocuparte aunque el niño tenga fiebre si bromea, sonríe o salta porque está "bien".
  • No hace falta darle un baño para bajar la fiebre, solo para buscar confort y que se encuentre mejor.

Estos consejos no se deben aplicar para todos los casos. En los niños de 3 meses se recomienda acudir siempre al pediatra.