A la hora de valorar una posible intolerancia lo primero que hay que tener en cuenta es si existen antecedentes familiares, en padres o hermanos mayores, ya que sí es así, es probable que el niño también las tenga.

Para identificar una intolerancia en niños muy pequeños, debemos fijarnos bien en si tiene digestiones pesadas, diarreas, estreñimiento, gases y molestias. Estos síntomas, unidos a una reacción cutánea, pueden indicar la existencia de una intolerancia.

Con la edad, la intolerancia se puede manifestar también con dolores de barriga, cabeza y piernas.

Ante la mínima sospecha, es importante poner en conocimiento del pediatra estos problemas y será el facultativo el que debe realizar el diagnóstico. Bajo ningún concepto debemos sacar conclusiones precipitadas.

Las dos causas más comunes son la lactosa y el gluten, aunque son muchos los alimentos que pueden causar intolerancia.

¿Cuál es la diferencia entre una alergia y una intolerancia?

La principal diferencia es que las reacciones alérgicas suelen manifestarse inmediatamente después de la ingesta del alimento, mientras que los síntomas de una intolerancia puede confundirse con problemas de digestión.