El 60% de la pérdida de audición en la infancia es prevenible. Aún así, en los casos en los que la sordera es inevitable, como por ejemplo la sordera hereditaria, existen suplementos alimenticios que pueden ayudar a los niños a que desarrollen sus capacidades y por tanto retrasar la pérdida de audición.

Al menos eso es lo que ha determinado una investigación de la Universidad de Michigan junto con el C.S. Mott Childen's Hospital. Según los resultados obtenidos, una dieta mejorada con alimentos ricos en betacarotenoas, vitaminas C y E, magnesio y otros suplementos alimenticios, logra retrasar la progresión de la pérdida auditiva por una mutación genética. La única excepción es la de la mutación AUNA1, una forma rara de pérdida progresiva de audicón que puede sufrir el efecto contrario.

La investigación sugiere que algunos niños pueden tener la oportunidad de preservar las células responsables de la audición presentes tras el nacimiento. Para ello es crucial identificar las distintas terapias que prevengan la progresión y pérdida de audición. Si se siguen las recomendaciones de los expertos, incluso se puede llegar a revertir el proceso que llevará al niño en un futuro a tener sordera.