Añade un zumo de limón, naranja o pomelo al desayuno habitual de tus hijos y verás cómo afrontan mejor y con más fuerza el día.

Para la merienda, prueba con una mandarina o un kiwi troceado. Y si los combinas con un buen vaso de leche, mucho mejor.

Y de postre, una macedonia que incluya cítricos o un sorbete de limón. Sin embargo, recuerda que también puedes utilizarlos para acompañar tus platos de carnes, pescados o ensaladas.