Miguel y Laura sólo pueden comer un bollo una vez a la semana. Miguel dice que si fuera por él "estaría todos los días comiendo bollos". Aunque, los huevos no les gustan nada.

Su madre planifica con ellos la comida que va a hacer durante toda la semana. Dice que le cuesta que coman carne que no sea empanada. Les deja más libertad a la hora de elegir la cena. Madre e hijos negocian el menú de la semana.

Si quieres saber qué menús tendrán el resto de la semana, no te pierdas el programa al completo.