En caso de caída el motorista sigue a una velocidad similar a la que circulaba rodando o arrastrando por el suelo sin ningún control sobre la dirección que lleva y sin ninguna posibilidad de cambiarla. El impacto de la cabeza contra cualquier obstáculo en forma de bordillo, piedra, otro vehículo o lo que se nos pueda ocurrir tiene consecuencias nefastas y el traumatismo craneoencefálico está garantizado incluso a velocidades relativamente bajas. El casco puede ayudar a disminuir la entidad de ese impacto y reducir drásticamente sus consecuencias.

Pero el casco no es suficiente para garantizar la integridad física del motorista. La erosión que produce el asfalto en las partes del cuerpo no protegidas produce serias quemaduras destrucción de tejidos y es causa de muchas infecciones posteriores que pueden desembocar en daños severos. Chaqueta, pantalones, botas y guantes deben formar parte de la indumentaria del motorista en toda circunstancia. Esos elementos soportan la fricción con el asfalto y evitan esas lesiones con eficacia. Además, las chaquetas llevan integradas una serie protecciones especificas en forma de refuerzos rígidos que a la altura de codos, hombros y lo que es más importante, la espalda representan una adecuada protección que reduce el riesgo de fracturas.