He viajado bastante de Madrid a Santander, así que os voy a recomendar algunos sitios. Antes de llegar a Burgos merece la pena hacer una parada en Lerma, es un pueblo con mucho encanto y su Iglesia es bonita de ver.

El paisaje se hace más interesante cuando te acercas al norte, como madrileña, me gusta ver la naturaleza y los animales – lo prefiero a la contaminación y los grandes edificios- y que mejor que hacerlo mientras viajo.

Unos kilómetros más arriba procuro descansar en Vega de Pas... verde, verde y más verde. Me quedo con el momento en el que bajo del coche y, mientras estiro las piernas, respiro el aire fresco. Tampoco dejo escapar la oportunidad de comprar algunos sobaos y su típica quesada. Sé que cuándo estoy aquí me queda poco para llegar a Santander y que en un par de horas estaré viendo el mar y, si hace calor, bañándome.

Así que después de haber descansado continúo mi viaje siempre con precaución, sin sueño y con tantas ganas de disfrutar de mi destino como del trayecto.