Los ciclistas, por su seguridad, pueden circular en paralelo, por la derecha y siempre que exista visibilidad.

Al adelantar a un ciclista se puede invadir el carril contrario, aunque haya línea continua, si no hay peligro.

En las rotondas, un grupo de ciclistas se considera una unidad: cuando llega el primero hay que ceder el paso hasta que cruza el último.

Está prohibido adelantar a otro vehículo cuando viene un ciclista de frente, aunque venga por su arcén y “haya sitio de sobra”: es la circunstancia más peligrosa.