Los sistemas ADAS son capaces de intervenir de forma automática y, de esta manera, pueden evitar un accidente de tráfico. Hay ocho de ellos obligatorios en todos los coches nuevos, a partir del próximo mes de julio.
Emplear estos sistemas implican una conducción autónoma de nivel 2. Es decir, el coche controla los movimientos laterales y los longitudinales. Por tanto, puede aparcar solo y, para reducir el estrés en los atascos, el coche es capaz de acelerar o frenar manteniendo la distancia con el coche que le precede. Que el coche tenga todas estas ayudas a la conducción no quita la responsabilidad al conductor, que seguirá siendo el principal responsable en todo momento.
Uno de los sistemas es el Side Assist que, con sus sensores, detecta en 70 metros los vehículos que circulan a tu alrededor y que están en el ángulo muerto, te avisa cuando te van a adelantar y al cambiar de carril. La alerta es mediante un testigo en los retrovisores.
Uno de cada cinco accidentes de tráfico con víctimas se puede relacionar directamente con el exceso de velocidad. Una colisión a 50 por hora equivale a caer desde un tercer piso y a 120 es igual a hacerlo desde una planta catorce. La velocidad inadecuada ejerce una influencia muy negativa en la conducción y nos expone a situaciones de alto riesgo. La probabilidad de morir o sufrir lesiones graves permanentes es mucho mayor en un accidente a mucha velocidad. Además, el exceso de velocidad puede ser una infracción grave o muy grave.
Existen sistemas que ayudan con esto, por un lado está el sistema de reconocimiento de señales de tráfico, que detecta todas las señales de la carretera y ayuda a evitar multas por exceso de velocidad. Esto lo consigue gracias a varios sensores sincronizados con la cámara delantera que detectan los límites de velocidad y las restricciones para adelantar.
Por otro lado está el Asistente de Velocidad Inteligente, que controla la velocidad del coche de forma autónoma, utilizando datos del GPS y del reconocimiento de señales. Avisando también al conductor cuando hay limitaciones y ajustando la velocidad de forma automática a la vía sin necesidad de la intervención del conductor.
La tecnología y un coche conectado nos ayudan a cumplir las normas, pero siempre somos los últimos responsables de lo que suceda al volante. Respetar los límites es algo primordial para reducir el número de víctimas por accidente, el objetivo de la plataforma Ponle Freno.