A esto es a lo que se dedica más de la cuarta parte del dinero que las compañías aseguradoras gastan en indemnizaciones, a los accidentes de tráfico. Son nueve mil millones, una cifra elevada. La mitad, 4.500 millones se la reparten entre 500.000 personas que resultan lesionadas o fallecidas en alguno de los cuatro millones y medio de siniestros que se producen anualmente.
La mayor parte es para las víctimas en peor estado. El coste de las indemnizaciones es tan alto que podría arruinar a muchas familias.
El perfil del fallecido en accidente de tráfico, 2.000 años, es el de un varón, soltero y sin hijos que deja a sus padres como deudores y que supera los 38 años y medio. Aunque la edad media varía mucho según las autonomías.
Madrid es la única en la que baja de los 30 años, mientras que en Asturias roza los 50. Julio y agosto siguen siendo los meses más dramáticos, seguidos de las navidades.