La seguridad es lo primero a la hora de comprar un vehículo y las marcas de automóviles son conscientes de ello y trabajan este aspecto. Y dentro de estas pruebas hay unos protagonistas fundamentasles: los dummies.
Gracias a estos maniquies se han salvado miles de vidas. Para superar la prueba tras el golpe se tiene que poder abrir al menos una de las puertas para rescatar a los ocupantes, sin usar herramientas. Si no se supera el coche tendrá que ser devuelto para modificarse por completo y los maniquies de caucho volverán a hacer su duro trabajo en otro vehículo.
Desde hace más de 30 años, cualquier marca de automóvil tiene que realizar medio centenar de los llamados 'Crash Test' para su salida al mercado.