Se trata de una campaña de vigilancia y control centrada en los vehículos de transporte escolar llevada a cabo por la DGT, entre los días 20 y 24 de enero, con la finalidad de comprobar el cumplimiento de la normativa establecida para este tipo de transportes.

Con respecto a las denuncias formuladas, el 54%, corresponde a irregularidades administrativas, como puede ser el no disponer de autorización especial para llevar a cabo el transporte escolar, que es el caso de 822 vehículos de los que se controlaron. También se dio el caso en 666 vehículos del total que no tenían suscrito un seguro de responsabilidad ilimitada, el cual es exigido por la ley.

Además, hay que destacar que durante la campaña tres conductores dieron positivo en los controles preventivos por los agentes, seis que lo hicieron a otras drogas y cinco fueron sancionados por incumplir los límites de velocidad establecidos.

Otro aspecto destacable fue el estado de los vehículos y el uso del cinturón de seguridad. Solo 11 de los vehículos que disponían de sistemas de retención no se hacía uso de ellos al presentar deficiencias para su funcionamiento. Los agentes, también comprobaron que 150 vehículos del total presentaban deficiencias en las puertas de servicio y emergencias y otros 24 fueron denunciados por no tener actualizada la Inspección Técnica de Vehículos (ITV).

En cuanto a la señalización obligatoria de los transportes escolares, 136 de los autocares no llevaban obligatoria señal V-10 y otros 18 les faltaba el dispositivo luminoso con señal de emergencia.

Además, se denunciaron a 78 conductores por no contar con un acompañante responsable del cuidado de los menores cuando era obligatorio. Otros 87 fueron sancionados por exceder el tiempo máximo de conducción o reducir los períodos de descanso. En esta ocasión, ninguno de los conductores controlados tuvo que ser detenido ni imputado por delitos contra la seguridad vial.