Desde este lunes 25 hasta el viernes 29 de enero, los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil intensificarán las inspecciones sobre estos vehículos, comprobando que las autorizaciones y documentos que deben tener son los correctos para la prestación del servicio.

Además, los agentes verificarán que las condiciones técnicas y los elementos de seguridad del vehículo son los que exige la normativa, así como los requisitos especiales que debe cumplir el propio conductor, como son el permiso de conducción o los tiempos de conducción y descanso.

La seguridad es la máxima prioridad también en este tipo de transporte y las cifras de siniestralidad anuales reflejan que este es un sector seguro.

El 90% de los accidentes que se producen durante el transporte escolar tienen lugar en el momento de subir o bajar del vehículo, en los instantes inmediatos y, en muchos casos, se trata de atropellos causados por una distracción, ya sea del menor, del conductor o de los padres.

Para evitar este tipo de accidente se recomienda a los padres respetar las paradas, ir con tiempo suficiente y no esperar a los niños al otro lado de la calzada.

A diario, según datos del Observatorio de Transporte de Viajeros por Carretera, del Ministerio de Fomento, más de 600.000 alumnos utilizan el autobús escolar para acudir al colegio y regresar a casa por lo que para la Dirección General de Tráfico la movilidad segura de los menores es una de sus prioridades.

La velocidad y las distracciones, principales causas de accidentes

La velocidad inadecuada y las distracciones son las principales causas de los accidentes en los que están implicados este tipo de vehículos, por lo que se controlará especialmente que se circula a la velocidad permitida y que no se hace uso del teléfono móvil u otros aparatos que supongan distracción. También se realizarán controles de alcohol y otras drogas entre los conductores.

Además, debido a la importancia que tiene el cinturón de seguridad en caso de accidente, se prestará especial atención al uso de estos en aquellos autobuses escolares que los lleven instalados. Actualmente más del 60% de este tipo de vehículos ya lo tienen incorporado.

Diversos estudios señalan que el uso de un sistema de seguridad en autobuses reduciría las lesiones mortales en un 90% en caso de choque frontal o vuelco, ya que correctamente abrochado evita la proyección del pasajero (adulto o niño) y reduce los impactos en el pecho, abdomen y piernas

Desde el 20 de octubre de 2007 no se matricula ningún autobús que no lleve instalados estos sistemas de retención.