Después del exceso de velocidad, saltarse un semáforo en rojo es la infracción más común. La DGT ha puesto en marcha una campaña de sensibilización para concienciarnos a todos, conductores, peatones y ciclistas de la importancia de respetar las señales luminosas que evitan los accidentes en los cruces.
Conductores como algunos que no respetaron las luces de los semáforos causaron el año pasado 806 siniestros con víctimas en vías urbanas. Aunque se producen a poca velocidad, muchas personas pierden la vida.
Saltarse el semáforo cuesta al infractor 200 euros y 4 puntos de carné de conducir. De todas las víctimas que se cobra el asfalto en las ciudades el 4% murió porque alguien se saltó un semáforo en rojo.