El informe destaca que los que no usan vehículos compartidos también son menos propensos a probar estos servicios con la pandemia.

A nivel europeo, el 67% no está dispuesto a utilizar transporte compartido.

La consultora considera que el ámbito de la movilidad va a evolucionar a largo plazo "a favor de los sistemas elegidos por los usuarios como los más seguros".

De esta forma, caminar (91%) y el vehículo propio (88%) son las dos opciones con más opciones, lo que podría ocasionar un trasvase de demanda de otros modos de transporte, como el público y los servicios compartidos.

Como consecuencia, los fabricantes de bicicleltas y scooters eléctricas podrían ganar cuota de mercado, siempre que los usuarios opten por comprar en lugar de alquilar o compartir.

Uno de cada tres mantiene su plan de comprar o alquilar

El 33% de la población encuestada afirma no haber cambiado sus planes respecto a la compra o el alquiler de un vehículo, previsto para los próximos doce meses.

Las ventas de vehículos eléctricos podrían registrar un ligero incremento a medida que la pandemia disminuye. De hecho, el 39% de los encuestados con planes de comprar o alquilar, ahora se decanta más por una opción eléctrica.

Sin embargo, la encuesta refleja que el transporte compartido y la micromovilida se han paralizado y no se reanudarán a los niveles previos a la pandemia en un corto plazo.

La pandemia también ha tenido efectos negativos en el transporte público. Cerca del 45% de los usuarios sostiene que está menos dispuesto a utilizar el autobús y el metro, mientras que un 32% ha reducido su interés de usar trenes de cercanías.