Estos son los principales datos del balance de siniestralidad vial de los meses de julio y agosto que ha presentado el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, acompañado del director general de Tráfico, Pere Navarro, el fiscal de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, y la subsecretaria de Interior, Isabel Goicoechea.
A pesar de las buenas cifras, el ministro ha comenzado su intervención dejando claro que al hablar de muertos en las carreteras nunca se puede estar satisfecho, la operación especial de tráfico termina con un descenso de fallecidos del 15 por ciento en julio y agosto.
De esta forma el verano de 2019 supone un freno a la siniestralidad y se iguala con el mínimo histórico del mismo periodo de 2014 en el que también se registraron 220 muertos, aunque con alrededor de 12 millones de desplazamientos menos, ya que si hace cinco años se produjeron 78,9 millones de viajes este verano ha habido 91,1 millones.
El descenso de fallecidos ha sido significativo sobre todo en agosto, con 101 víctimas, 30 menos que en el mimo mes de 2018. De hecho, el de este año ha sido el agosto con menor número de fallecidos en la serie histórica y, como dato también inédito, en dos días no se registraron fallecidos, el 1 y el 12 de agosto.
Mientras, en julio perdieron la vida 119 personas, diez menos que el año anterior. Una de cada tres víctimas de este mes era motorista (34 fallecidos, nueve más que en julio de 2018), en tanto que en solo un día de este mes, el 21, murieron trece personas.
El ministro también ha resaltado que ha descendido un 23 por ciento las víctimas mortales en carreteras convencionales, con 145 fallecidos, la cifra más baja también de la serie histórica en este tipo de vías en las que se ha reducido el límite máximo de velocidad de 100 km/h a 90 km/h.
Por contra, aumenta el porcentaje de usuarios vulnerables muertos (motoristas, peatones y ciclistas) al ascender al 40 por ciento del total de fallecidos, especialmente en el caso de las motocicletas y ciclomotores que han registrado 67 muertos (nueve más) y once ciclistas (tres más).
Sobre los motoristas, el titular de Interior ha pedido no criminalizar a estos conductores, ya que tras el análisis de los accidentes de estos dos meses se deduce que cuando el motorista fallece por colisión con otro vehículo, la culpa es del conductor del coche al cometer alguna infracción como no respetar un ceda el paso o impactar por detrás con las dos ruedas.
Durante su intervención, en la que ha desgranado los datos más significativos de la siniestralidad este verano, el ministros ha destacado dos factores: el uso de los sistema de seguridad y el consumo de alcohol y drogas.
Respecto al primero, ha alertado de que 23 de los 110 fallecidos que viajaban en coche y furgoneta no llevaban puesto el cinturón; que dos de los cinco menores de 12 años muertos tampoco utilizaban sillita; que ocho de los once ciclistas no llevaban casco o que tres de los 57 motoristas o usuarios de ciclomotor tampoco llevaba el suyo.
"Me cuesta mucho creer que no se tome como algo instintivo ponerse el cinturón", ha subrayado Marlaska, muy preocupado también por el consumo de alcohol y drogas al volante entre los fallecidos: "No se trata de una copa de más, todas las copas están de más".