03/06/10.-En concreto, los pasillos del colegio Solaina se han transformado en un miniciudad. Desde hace tres años están señalizados los carriles, rotondas y los demás elementos de circulación.

Para los niños es un juego de educación vial, pero los profesores también tienen que dar ejemplo, e incluso tienen su propio carné de puntos.

El colegio cuenta con dos circuitos uno para los mayores y otro para los más pequeños, donde niños de 3 y 4 años demuestran su destreza ante las señales.

Lo importante es que no sólo cumplen las normas dentro del colegio, fuera se convierten en la conciencia de los padres. Aprenden actitudes tan importantes como saber que cuando el semáforo está en  rojo para los peatones deben esperar a que este cambie a verde para cruzar.

Según las estadísticas en Narón la siniestralidad se ha reducido un 8% y se ha incrementado el uso de la bicicleta, quizá estos pequeños conductores y grandes peatones han puesto su granito de arena.