A unos 400 kilómetro de Reikiavik, en la ciudad islandesa de Ísafjörður, se ha puesto en marcha una alternativa para reducir los atropellos a través de unos peculiares pasos de cebra.
Estos elementos de señalización horizontal aportan prioridad a los peatones al trazar un camino seguro en la vía por la que circulan vehículos, pero no siempre son suficientes.
Ante el aumento de atropellos, en Islandia han ideado unos pasos que parece que se levantan del asfalto, a través de un efecto óptico con el que pretender conseguir que los vehículos frenen sí o sí antes de llegar a la intersección peatonal.
Se trata de un avance, pero también puede crear miedo e incertidumbre entre los conductores. El tiempo dirá si son una posible solución o, si por el contrario, se trata de un intento fallido de reducir los accidentes de tráfico.