Los máximos responsables de tres asociaciones de víctimas han expresado su preocupación por el cambio de tendencia en la siniestralidad vial. A 20 de noviembre, 1.072 personas han perdido la vida en las carreteras. En todo el mundo, 3.500 personas fallecen cada día en accidentes de tráfico lo que supone 1,2 millones de muertos al año.

Los expertos calculan que la siniestralidad vial supone algo más del 1% del PIB nacional. Por su parte, las asociaciones reclaman más inversión en la atención de los lesionados y sus familiares.

El año pasado, las Unidades de Atención a Víctimas de Tráfico (UVAT) situadas en las diferentes jefaturas provinciales, atendieron el año pasado a 40.000 afectados, según fuentes de la Dirección General de Tráfico (DGT).

Las asociaciones entienden que la mejor forma de conmemorar el 'Día mundial de las víctimas de accidentes de tráfico' es denunciar "con más fuerza" las causas de la accidentalidad, sobre todo en un momento en el que los problemas de seguridad vial ya no se encuentran entre las principales preocupaciones de la ciudadanía. Además, las asociaciones están aportando sus propuestas a los grupos de trabajo creados en el Consejo Superior de Tráfico para buscar soluciones a ese incremento de la siniestralidad y plasmarlas en la futura reforma de la Ley de Tráfico y Seguridad Vial.

Porque sobre esta materia planean nuevos retos, como el aumento de los ciclistas en las vías urbanas e interurbanas -carriles segregados y casco obligatorio para todos y en todos los espacios, proponen-, o la presencia de nuevas tecnologías que distraen al conductor.

Contrarias a que se aumente la velocidad máxima en autovías y autopistas a 130 km/h, las asociaciones insisten en la necesidad de poner freno a la reincidencia, sobre todo de aquellos conductores con un amplio historial de consumo de drogas y alcohol al volante, para quienes los actuales cursos de sensibilización no son suficientes.

También están de acuerdo en algo sobre lo que los grupos de trabajo están haciendo hincapié: la educación vial.

Mientras se acuerdan las nuevas medidas, las asociaciones no creen que ya no sea posible reducir más el número de accidentes y siguen luchando para alcanzar el objetivo de cero víctimas en la carretera. Frenar las muertes y mejorar la calidad de la asistencia a las víctimas es su reto.