Cuando Carla tenía 13 años empezó a salir con un chico de su clase. Todo iba bien hasta que los celos y el control se convirtieron en el día a día de una relación que comenzó siendo idílica y que acabó en una toxicidad absoluta. Ahora tiene 21 años, ha rehecho su vida y ha contado su historia a Antena 3 noticias.

Carla ha sido víctima del maltratocuando era una adolescente. Iba a primero de la ESO cuando conoció al que luego fue su pareja. En las aulas empezó su relación y al principio "todo iba bien, estábamos los dos muy contentos", cuenta. Pero no tardaron en aparecer, "problemas de celos, control con la vestimenta, con las redes sociales, con las amistades...", añade. No le dio importancia, "veía que eran tonterías". Sin embargo, el control y los reproches se fueron agravando y a la violencia psicológica le siguió la verbal e incluso la física, denuncia. "Me cogía, muy fuerte de los brazos y de las piernas, me escupió", cuenta.

Carla se aisló de sus amigos, "poco a poco me iba alejando". "Llegué a un punto en el que miraba a mi alrededor y me sentía sola", reconoce. Lo hizo por él. Igual que enseñarle todo lo que publicaba en sus redes sociales. "Antes de subir cualquier foto, a Instagram, por ejemplo, se la tenía que enseñar. Era como pedirle permiso", afirma.

Asegura que estaba sometida, que perdió su esencia, su personalidad. "Te vas haciendo cada vez más pequeña, como una copia de él. Todos tus comportamientos los adaptas a él, a lo que le gusta y a lo que él quiere que seas. Casi no sabía ni quién era", recuerda la joven, que ahora tiene 21 años.

Sabía que su relación era tóxica

Era consciente de que su relación era tóxica, "que tu pareja te haga daño, te insulte, menosprecie y que tú estés insegura a su lado no son buenas señales, pero no identificaba la violencia de género, siempre lo había visto como algo de adultos". Pero no lo es. De hecho, los expertos piden poner el foco en los adolescentes.

Hay muchas señales, pero hay que enseñarles a detectarlas. Sobre todo, con el aumento del uso de las redes sociales y de las tecnologías. Éstas pueden influir en determinados comportamientos machistas.

"Desde hace unos años ha habido cambios importantes sobre cómo se relacionan los adolescentes. Hay que filtrar y controlar mucho los contenidos a los que tiene acceso la juventud. Copian actitudes y comportamientos", explica María Luisa Ferrerós, psicóloga especializada en infancia y adolescencia quien, además, advierte de la percepción que tienen, muchas veces, los jóvenes: "las chicas piensan que cuando un chico te quiere, te controla, que cuando tiene celos es porque te quiere mucho".

Cuando se trata de adolescentes, es más difícil de identificar un posible maltrato y es más difícil salir. "La salida es complicada y el trauma que te queda es grande porque esto lo que te genera es miedo a que te vuelva a pasar", explica Ferrerós. Pero se puede.

Carla lo ha hecho e insta a las mujeres que puedan estar pasando por una situación parecida a la suya a que estén alerta, "que se separen, esas personas no van a cambiar. Si se están pasando líneas en ese momento se tiene que frenar", insiste.

Y espera que su historia sirva de ejemplo. A ella, la de otra chica víctima de violencia de género le abrió los ojos. Vio un reportaje en la televisión y se identificó con ella. Fue entonces cuando decidió contarle a su familia lo que estaba pasando: "me llevaron a denunciar, me buscaron un psicólogo. Me detectaron trastorno postraumático con ansiedad y depresión. Fueron unos años muy duros".

Pero ahora está bien, es feliz y ha recuperado su vida.