La Universidad de Granada (UGR) ha realizado un estudio sobre el traslado de víctimas de violencia de género de Granada, Sevilla y Córdoba a casas de acogida fuera de sus municipios. Este estudio afirma que el traslado de las víctimas resulta contraproducente, pues genera un desarraigo, ya que las aleja de su círculo de personas cercanas y de confianza.

Los episodios traumáticos de maltrato a los que se ven sometidas hacen que las víctimas de violencia de género requieran el apoyo de su entorno. Así, este estudio que publica la revista Journal of Interpersonal Violence, afirma que una decisión más acertada sería la de trabajar con el acompañamiento de personas cercanas, como familiares o amigos, para ayudar a la salida de la violencia y facilitar el proceso de recuperación.

La autora del estudio y alumna del programa de doctorado en Psicología de la Escuela Internacional de Posgrado de la UGR, Amparo de Píñar Prats, afirma que el apoyo social es fundamental, aunque debe quedar bien diferenciada la familia y amistades de los recursos públicos.

Otro aspecto fundamental para salir del problema es la confianza. Es fundamental que las víctimas de violencia de género recobren la confianza en ellas mismas, y para ello sirve de gran ayuda escuchar el testimonio de otras mujeres con situaciones similares.

En relación con esto, Piñar Prats también explica que es imprescindible sensibilizar e informar al conjunto de la población para concienciarla de la importancia de su apoyo. Para la autora del estudio, por tanto, las intervenciones grupales con las víctimas son otra de las claves para su recuperación. En cuanto a las intervenciones individuales, por su parte, las instituciones públicas deben proporcionar ayuda psicológica, formativa y laboral.