La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), publica un documento de consenso de la especialidad sobre cómo debe ser la atención ginecológica a la mujer víctima de violencia de género o agresión sexual.

Tiene, entre otros objetivos, reforzar la contribución de los ginecólogos a la detección temprana de la violencia de género desde el sistema sanitario, en el que es infradiagnosticado puesto que solo sedetecta el 5% de los casos.

Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, la SEGO, pone en valor el papel clave que pueden desempeñar sus profesionales en la mejora de los protocolos de detección y atención a las víctimas de violencia de género o agresiones sexuales.

Este documento resalta cuestiones que pueden esconder un caso de violencia de género como el inexistente control de la fecundidad, debido a la negativa del maltratador, que suele asociarse a un aumento de embarazos no deseados e interrupciones de embarazo de repetición; u otras como las complicaciones del embarazo.

Este consenso aboga por el cribado universal de la violencia de género en todas las consultas de Ginecología y Obstetricia, y enumera los factores de riesgo de la violencia de género, que en los colectivos más vulnerables un porcentaje importante por parte de la pareja se inician con el embarazo, incluida la violencia física y sexual.

Por eso, las consultas de embarazo y puerperio (como las de planificación familiar y las revisiones periódicas) representan una oportunidad para detectar la violencia de género.

Recomendaciones y obligaciones de los ginecólogos

Entre los signos y síntomas de sospecha que deben alertar al especialista están la mencionada ausencia de control de la fecundidad y el rechazo al uso del preservativo, lo que aumenta las probabilidades de infección de transmisión sexual, y en ocasiones ocultar un caso de violencia de género.

El documento da recomendaciones prácticas a los especialistas sobre cómo se puede confirmar en consulta que la mujer sufre maltrato. Dado que muchas mujeres revelan el maltrato cuando se les pregunta en forma directa, la recomendación fundamental al ginecólogo es preguntarlo sin miedo.

Para ello, los ginecólogos deben transmitir empatía y respeto con el lenguaje no verbal y sobre todo escuchar a sus pacientes, pues la consulta puede resultar el único espacio que tiene la mujer para hablar de su maltrato.

Transmitir empatía al paciente
Transmitir empatía al paciente | Pexels

Una vez detectado un posible caso de violencia de género, es clave asegurar un tiempo y espacio que garantice la confidencialidad de la mujer y que en ningún momento su pareja sepa ha revelado su situación.

La SEGO, recuerda a sus profesionales que el personal sanitario tiene la obligación legal de comunicar el maltrato o agresión sexual a las autoridades judicialesmediante el parte de lesiones e informe médico.

El parte de lesiones e informe médico es fundamental para poner en marcha las medidas legales dirigidas a la protección de la mujer y en bastantes ocasiones es la única prueba del posible delito con el que cuentan los juzgados.

El secreto médico ante la sospecha de violencia de género

El documento de la SEGO se refiere a la situación en la que se encuentran algunos profesionales cuando la mujer no denuncia el maltrato, y ellos se ven en la disyuntiva de cumplir con el deber de comunicar un delito a expensas de quebrar el respeto a la autonomía y derecho a la confidencialidad con sus pacientes.

En este sentido, la SEGO señala que la salvaguarda de la confidencialidad no es una obligación absoluta, y recomienda que el secreto médico debe revelarse ante la sospecha de caso de violencia de género, poniéndolo inmediatamente en conocimiento de la justicia, incluso cuando no tenga la certeza suficiente como para emitir un parte de lesiones.