Virginia "tenía miedo a perder la custodia de sus hijos porque no tenía nada, ni casa ni dinero". Lo único que tenían era una orden de protección.

Una orden que le garantizaba por Ley unos derechos como reducción de jornada, movilidad geográfica, reserva del puesto de trabajo. Para eso tenía que justificar el maltrato, con una orden de alejamiento, sentencia o un informe fiscal. 

Virginia cumplía todos los requisitos y los servicios sociales le derivaron a la Fundación Integra, donde le ayudarona encontrar un trabajo.

Ana Muñoz de Dios, la directora de la Fundación Integra afirma que "es normal que te las víctimas de violencia de género digan que no valen para nada", "llevan una vida anulada y tenemos que prepararlas para que pasen con éxito una entrevista de trabajo", aservera Ana Muñoz. Virginia tardó en encontrar un empleo una semana

En Antena 3 Noticias, también hemos conocido el caso de una profesora de un centro de formación. Ella sufría maltrato y se lo contó a su jefe, entonces tomaron medidas. 

El departamento de Recursos Humanos de las empresas que las contratan se aseguran de que nadie conozca su historia si ellas no lo quieren.