Pamela cree que al teatralizar su historia puede contarla con la distancia suficiente y atrapar mejor la atención de quien la escucha. 

Ella asegura que cuando cuenta su experiencia en institutos  puede detectar qué alumnos están viviendo una situación de violencia similar a la que ella sufrió. "El lenguaje corporal desvela muchas cosas. Ellas llegan incluso a echarse a llorar, porque son víctimas de maltrato o son hijas de una mujer maltratada; ellos se retuercen en la silla, proque se sienten incómodos al verser reflejados", cuenta Pamela Palenciano.

Improvisa en función del público al que se enfrenta y sabe que, cuanto más jóvenes sean las personas que deseen romper este círculo de maltrato, más fácil podrán acabar con el patrón de víctima o agresor. 

Por eso traslada su monólogo a los institutos, donde intenta derribar los clichés acerca del amor romántico, en el que la mujer se lleva la peor parte.

La autora de 'No solo duelen los golpes' percibe que cada vez son más los jóvenes que desean cambiar su actitud al sentirse identificados con los patrones que muestra en su monólogo. Una de las ideas que defiende es la de cambiar el enfoque de las campañas de prevención. "Suelen centrarse en la víctima y casi nunca en educar al agresor. También debería hacerse hincapié en los micromachismos cotidianos que se ven en los padres y madres de familia, porque son los que establecen relaciones de poder erróneas",  afirma Pamela.